Alejandra Varela, 33 años
Fui a la merced a hacer unas compras, regresé por el metro en la estación merced, ya qué transbordaría en Pino Suarez hacía la línea azul, y llegué al la estación, caminé al final hasta dónde está el lugar para mujeres y niños, no llevaba reloj ni celular, así qué le pregunté la hora a una chica qué también esperaba impaciente el metro, 1:13 me dijo la chica, mientras el metro iba llegando, se detuvo y abrió sus puertas, yo pensé qué se me iba a hacer muy temprano para recoger a mi hijo qué sale a las 2:00 pm qué ya no importaba, y no había mucha gente pues los asientos estaban ocupados pero paradas sólo iban dos o tres en el vagón, me detuve de el tubo y en ese instante parecía que se iba a voltear el vagón de el movimiento tan violento y comenzó a moverse horrible de un lado a otro y en mi cabeza pasó éste pensamiento - ¡debe ser una broma!. No comprendía ¿por qué hoy? ¿Por qué? Y empezó a sonar la alarma sísmica dentro de la estación, salimos del vagón corriendo y llorando, otras gritando asustadas y por instinto nos replegamos en la pared y nos abrazamos como si nos conociéramos, veía a mi alrededor y era como una pesadilla, caí polvito del techo y algo tornaba muy feo, se escuchaba el golpeteo de los vagones y la expresiones de miedo de la gente, vi gente incarse, vi gente rezar a todo pulmón, mientras yo alterada sólo decía muy fuerte ¡Mi hijo! ¡Mi hijo! Y lloraba esperando qué eso terminara, una chica de complexión media de cabello chino corto vino hacía mi sosteniendo mi mano y diciéndome que me tranquilizara qué mi hijo estaba bien y qué ya iba a pasar, y le dije quiero ver a mi hijo y me dijo, lo vas a ver. Le agradezco mucho, tranquilizarme por qué la verdad en mis pensamientos encomendada a mi hijo y a mi familia a Dios por qué sentía qué no iba a salir. Sufrí un par de peripecias más al llegar a la escuela de mi hijo por qué los nervios estaban apoderados de mi, incluso no recuerdo como salí de el metro mi cabeza bloqueó un par de minutos en los que debí trasladarme de donde pasé el temblor a la salida, no logró recordar y aún me da miedo viajar en metro. Con el tiempo lograré superarlo, espero.