Daniel Gallardo, 23 años

Estaba en el restaurante de Sanborns Peralvillo, a pasos de Tlatelolco. Con los sobrevivientes del edificio Nuevo León, platicando sobre aquellos días trágicos de 1985. El encargado del restaurante nos aclaró que van a sonar las alarmas sísmicas por el simulacro y que estemos tranquilos. Así qué pasando horas de pláticas, a la 1:15 de la tarde fue cuando empezó: al principio empezó a marearse rápidamente y señale el dedo hacia arriba como forma de decirle a los demás que “¿esta temblando?” Al segundo siguiente empezó a jalar el piso, se espantaron todos y tome la mano de una señora para irnos a la terraza de inmediato. Tome mis cosas y junto con los demás nos dirigimos a la terraza. Pero los primeros pasos empezó a rugir el suelo y movió de una forma impresionante igual a la escena de la película “San Francisco” de Clark Gable, tal exactamente como es, excepto la parte que se destruye la Ciudad (días más tarde, por los videos de los derrumbes que difundieron, es casi exacta a la película). Apenas entrando a la terraza, un hombre corrió, me empujó y me pisó el pie. Nos fuimos a agarrar la reja por qué estaba temblando muy fuerte y imposible mantenerse en pie. Fue impresionante ver las ventanas del restaurante a punto de romper. A nuestro alrededor tiembla lado a lado, todo hasta los árboles. Gritos y lágrimas. Como a 15 o 20 segundos después de empezar a temblar, saque el celular y comencé a grabar pero no podía mantener sin que se me mueva. Siguió temblando y se me hizo muy largo. Pensaba “tenía que ser hoy, el 19 de Septiembre”. Después se calmó, la mesera nos dieron bolillos a todos y que todos estemos tranquilos. Todos opinamos que este fue más fuerte. Una sobreviviente me dijo: “Así fue, así lo sentí en el 85” La abrace. Y también abrace a los demás, en especial a Rebeca que cayó cuando dio esos jalones tan fuertes y fue levantada con ayuda pero ella está bien. Aclaró, Rebeca es una de los sobrevivientes del Edificio Nuevo León, así como la sobreviviente Gloria, la madre de los niños desaparecidos. Luego la mesera nos tomaron el pulso, fui el único que tuve presión altísimo (tuve que aclarar que tuve días sin poder dormir bien por andar escribiendo la novela) pero estaba tranquilo y calmado en ese momento, aún así me mandaron a sentarme luego al bar de sanborns a acostarme en el suelo para bajar la presión. Ahí dure una hora más. No había señal ni wifi de sanborns. Todo se apago. Pedí agua y me dijeron que no hay agua. Nada. Pensé: “Pasó algo en la ciudad” y comencé a desesperarme. Pusieron las noticias en él televisión del bar donde informaban que algunas zonas registraron daños muy graves. Fue un temblor de 7.1 pero sentí que fue más. No activaron las alarmas sísmicas a la hora que tembló. Nada. Fue de sorpresa. Estuve 5 horas incomunicado por qué no había señal y mi familia se alarmaron, igual que mis amigos.

Alejandra Chacón